Las cosas de Arancha

Las cosas de Arancha

martes, 19 de agosto de 2014

Homenaje

Hola queridos lectores. 

En primer lugar quiero pediros disculpas por haber abandonado esto. Han pasado muchísimas cosas que ya os iré contando a lo largo de mi vuelta. Lo importante es que ya estoy aquí y el blog vuelve a funcionar, pero esta vez será diferente, puesto que quiero darle otro enfoque. 

Pero hoy quería escribir sobre una persona que se ha ido hace poco, una persona que me ha aportado muchísimo y a quien quiero rendir un pequeño homenaje. Tenía que haberlo hecho antes, pero no tenía fuerzas para ponerme a recordar. Ahora que más o menos estoy bien, no quería dejarlo pasar más tiempo.

El día 3 de agosto se fue una persona muy importante para mi: mi abuelo. El día 3 dejó de luchar y se marchó. Ha sido un golpe terrible, tanto en mi familia como en mi vida. Al principio no sentía que fuese real, pero ahora soy consciente de que no va a volver, de que se ha ido de verdad.

Guardo muchísimos recuerdos de mi infancia, porque él ha estado muy presente siempre. Mi amor a los animales, a la naturaleza, a las flores, cómo cuidarlo... Todo eso me lo ha enseñado él. Mi abuelo siempre sabía sacar lo bueno que nos da la vida. Nunca ha sido pesimista, siempre ha pensado en positivo y en seguir luchando. Hasta hace unos meses. Enfermó bastante y pensábamos que era el final, pero él se aferró en seguir viviendo, en seguir luchando, en no dejarse ir aún. 

La noticia de que se marchó nos pilló demasiado por sorpresa. Ninguno nos esperábamos esa llamada que cambiaría muchas cosas. Aún puedo escucharle diciendo mi nombre o el de mis padres y se me viene mucho encima. Mi abuelo era un gran hombre, tanto para su familia como para sus amigos. No tenía enemigos, era muy abierto, se llevaba bien con todos y todos le querían mucho. Hace un tiempo tuvimos que trasladarlo a una residencia de ancianos en Villanueva de la Serena, y la gente no dejaba de preguntar por él. A pesar de que su cabeza no estaba bien, él también preguntaba por los que ya no veía.

Pero ese 3 de agosto... Ese día en que decidió no despertarse más... Ese día algo se apagó en mi casa. El saber que no volveríamos a disfrutar de su compañía, que yo no volvería a intentar hacerle sonreír, que no volveríamos a darle un beso... Todo eso se materializó tarde en mi. Pasaron unos días hasta que logré ser consciente de todo lo que esto significaba. Mi madre dice que lo he sufrido más porque es la primera pérdida importante que soporto, pero no he sido capaz de reprimir mis lágrimas ni mis sentimientos. 

Abuelo, ahora tengo a otra persona más que me cuida allí arriba. No quería que te marcharas, pero ese día tendría que llegar. Gracias por haberme enseñado tanto, por haber cuidado de mi, por haberme querido tantísimo, por enseñarme que, por muy débil que esté, siempre tengo que encontrar las fuerzas para levantarme y seguir luchando... Sé que me cuidarás y velarás por mi estés donde estés.

Y a vosotros, muchas gracias. Muchos de vosotros habéis sido mi apoyo todo este tiempo. Y los que no lo sabíais no pasa nada, tampoco he sido capaz de tocar demasiado el tema. Creo que aún no estoy preparada del todo, pero creo que mi abuelo se merecía esto, por lo menos, para que sepa que le quiero.

Gracias por todo y hasta siempre. 

Te quiere, tu nieta Aranchita. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario