El 2014 se marcha llevándose buenos y malos momentos y he aprendido bastante de todos y cada uno de ellos. He aprendido que no merece la pena enfadarse con gente que te daba la mano y te da después la espalda, he aprendido que hay que querer a los que tienes al lado, puesto que cuando menos lo esperes, se irán; he aprendido que no hay que confiar desde el principio en las personas, ya que pueden hacerte mucho daño; he aprendido que es mejor caminar acompañado, porque si caminas solo quizás no puedas alcanzar algunas metas; he aprendido a ser una persona diferente, porque me he cansado de ser igual a los demás; he aprendido a ver el mundo con otros ojos y a vivirlo de otra manera; he aprendido que los amigos se cuentan con los dedos de una mano, y que no todas las personas que te rodean lo son; he aprendido que la vida es demasiado corta como para preocuparte por cosas insignificantes como un coche o un móvil; he aprendido a pensar por mi misma, a no dejarme influenciar por nadie; he aprendido a dejarme llevar y a saborear todos los momentos dulces que el año 2014 me dejó; he aprendido muchísimas cosas en este año que se despide de nosotros pero, sobretodo, he aprendido a seguir mi camino, a centrarme, he aprendido a buscar mi felicidad.
He de decir que no todo lo he aprendido con buenas lecciones, sino que ha sido necesario tropezar, pero he vuelto a levantarme una y otra vez para seguir mi camino. En ese camino es donde han aparecido personas, otras se han marchado y otras me han dejado, pero yo no he mirado hacia atrás, he seguido caminando hacia delante con todas las fuerzas que he necesitado. Por eso os doy las gracias:
- A los que han confiado en mi, que han sabido valorar mis esfuerzos, que han sabido ayudarme a levantarme y a permanecer a mi lado incluso cuando no lo he merecido: gracias, habéis logrado hacerme mejor persona y ayudarme a crecer.
- A los que se han reído de mi, que no han sabido nada más que poner pegas y hacer críticas: gracias, por vosotros me he hecho más fuerte y he aprendido a valorar aún más mi trabajo. Sin vosotros, no estaría tan bien moralmente.
- A los que se han quedado en mi vida, que han sido bastantes: gracias, porque me habéis enseñado a valorar a las personas y a quererlas, a necesitarlas y a mantenerlas conmigo.
- A los que habéis estado, pero os habéis ido: gracias, porque sin vosotros no habría aprendido a valorar a quienes están realmente a mi lado, me habéis ayudado a quererlos más.
- A los que siempre me han defendido, que se han puesto en mi piel: gracias, por vosotros me siento más segura, más protegida.
- A los que no os caigo bien y os reís de mis tropiezos: gracias, gracias a vosotros me hago más fuerte cada día, me ayudáis a ver que puedo superar lo que me proponga.
- A los que me cuidan en la tierra: gracias. Os quiero con toda mi alma y espero que nunca os vayáis.
- A los que me cuidan desde arriba: gracias, no os olvido y estáis siempre presente en mi.
- A las personas que han aparecido en mi vida recientemente: gracias, espero que no os vayáis, os necesito en mi vida, lo sabéis.
- A las pedorras que permanecen conmigo día tras día: gracias, nunca me dejéis, porque sin vosotras no soy nada.
- A la familia, que siempre está ahí: simplemente gracias, gracias por vuestros momentos de apoyo, de cariño y por quererme tanto.
- Al que me ama: gracias por seguir a mi lado a pesar de todo. No quiero perderte jamás.
- A mi otra familia: gracias por vuestro apoyo y cariño, os dejáis querer, no me faltéis.
- A las que son de fuera y echo de menos: gracias, os necesito todavía, no desaparezcáis.
- A las que me dan achuchones: gracias, no quiero que los achuchones desaparezcan jamás.
Y a todos os deseo un feliz nuevo año que entra. Espero que sea diferente y me ayude a ser mejor persona, pero siempre contando con vosotros.
¡GRACIAS!
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