Las cosas de Arancha

Las cosas de Arancha

jueves, 6 de febrero de 2014

Llorando por amor

Día gris y lluvioso. Parecía que el cielo se ponía de acuerdo con su estado de ánimo para apoyarla. Sola, mirando por la ventana estaba ella, una linda joven que sólo tenía un sueño: darse a conocer y que todos supiesen que ella existía y que sabía hacer cosas increíbles. Chica solitaria, dedicaba su tiempo libre a pensar en relatos, fantasías, personajes que se convierten en héroes: su mundo. Adoraba todo lo que la literatura podía ofrecerle, pero ese día no quería leer, sólo lloraba.

Lloraba sin consuelo por lo que todos muchas veces lloramos: el amor. Estaba muy enamorada de alguien que no sabía ni que existía. Ella intentaba acercarse pero él nunca respondía. Esperaba conocerle algún día, y que él se diera cuenta de la muchacha tan extraordinaria que era.

Pero lloraba. Su mente viajaba hacia él imaginándose su encuentro. Deseaba tenerlo delante, abrazarle, compartir con él muchas emociones... Pero nada sucedía. Se sentía cada vez peor. Y por eso lloraba.

No podía contarle esas cosas a nadie, porque todos la llamaban rara. Era una chica amante de la lectura que se escondía en ella para sentirse importante, para sentirse aceptada por otras personas, para sentirse uno más de ese mundo.

Y ella lloraba. Entre lágrimas decidió escribir una carta para hacérsela llegar hasta él, aunque no sabía cómo. En su carta, decía que le añoraba, que deseaba verle, que deseaba tenerle delante para abrazarle y contarle todo lo que sentía por él. A pesar de que intentó hacerlo lo mejor que pudo, las lágrimas mancharon su carta, pero ella decidió entregarla así.

Sin saber cómo, averiguó la dirección del muchacho y, decidida, la mandó. ¿Qué pasaría? ¿Obtendría respuesta? Os toca averiguar el final en la próxima entrada. Y por cierto, esa chica NO SOY YO.

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